miércoles, 24 de agosto de 2011

Consejos para oradores (tomado de Calliope Interpreters)


Hace unos días, nuestra colega Danute Rosales, Miembro de Avinc, nos envió este link que copiamos más abajo de un video preparado por Calliope Interpreters http://www.calliope-interpreters.org/ (@CalliopeInterp) sobe consejos para los oradores.  Queremos compartirlo con ustedes porque la calidad de una interpretación depende tanto de las destrezas del intérprete como de ciertas consideraciones por parte del orador. 
Aquí el link al video:
http://www.calliope-interpreters.org/en/call_movie_uk.htm

jueves, 18 de agosto de 2011

‘Es decir’ & ‘O sea’ Un encuentro con Marisela Vegas de White, intérprete pionera en Venezuela


© Claudia S. Sierich


Un extracto de la entrevista, una anécdota que nos brinda Marisela:



           “¡Guardo un recuerdo particular! El jefe de Estado daba una rueda de prensa en Miraflores. Imagínate qué susto. A mí la política me angustiaba. Además la época era como complicada para Venezuela. Todo giraba –¿cuándo no?– en torno al delicado equilibrio de las buenas o menos buenas relaciones y posiciones que se mantuvieran frente a los EE.UU. Y Rómulo Betancourt con su vocabulario tan particular... –¿Por qué dices eso?, interrumpo un poco.– Imagina algo así como que revientan cúmulos de palabras tipo multisápido... paladino... periclitado..., detalles por el estilo que se solían amontonar repentinamente en sus discursos, obstáculos temerarios en algunas ocasiones, para su interpretación. Solicitamos al señor presidente que en aras de la mejor comprensión de todos ¡hablara normal! Yo tomé sus palabras al inglés, porque intuía que iba a entender perfectamente lo que se dijera en español, y encontraría una manera de llevar aquello al idioma destino. Figúrate nada más el caso al revés. ¿Si no entendía la pregunta de algún periodista, tejano por ejemplo, con su acento inverosímil? Plantearle una cuestión no descifrada al presidente de la República, eso sí iba a ser complicado, no señor... –y se estremece un poco al imaginar la situación–. A lo cual ya nos encontrábamos en plena faena. De repente, el presidente Betancourt dijo algo muy parecido a esto: ... aquellos países que se esconden detrás del parapeto corroído y periclitado de la neutralidad... Cuando sonó ‘parapeto’, por alguna razón se me bajó el telón y quedé paralizada. Recórcholis, parapeto. Pærəpət es lo que dije y seguí adelante. Concluido el acto, se acercó un corresponsal americano para preguntar a qué me había referido con pærəpət. What do yo mean, intervino su colega británico, salvándome sin saberlo. Don’t you know what parapet is?Parapet, parapet, repetía para su colega.–
           Es usual el término y significa, entre otros, barricada, supe entonces con certeza. Esas son las sutilezas entre el inglés americano y el inglés británico...” 

sábado, 13 de agosto de 2011

Una visión clásica de la profesión


Hace aproximadamente 14 años, cuando el uso de Internet era una novedad en Venezuela, AVINC, siempre tratando de mantenerse al día con lo último, inauguró su página web www.avinc.org.  En aquella oportunidad, le solicitamos a Ana Teresa Arcaya, uno de nuestros primeros miembros y sobre quien hay un artículo escrito por Claudia Sierich en este mismo Blog, que escribiera un artículo sobre la profesión.  Copiamos a continuación dicho artículo por considerar que a pesar de las nuevas tecnologías y las novedades que vemos todos los días en esta era 2.0, sigue teniendo absoluta vigencia.

La Profesión de Intérprete

Una descripción muy escueta sería “escuchar al orador y simultáneamente interpretar a otro idioma lo que él está diciendo, a fin de crear un puente de comprensión entre orador y oyente”.  Ahora bien, es evidente que para lograr ese puente, para que sea claro y confiable, intervienen varios elementos.

La interpretación, el pasar oralmente un idioma a otro, ha existido desde los albores del tiempo.  Los invasores, los ejércitos, los diplomáticos, los comerciantes, todos, tenían que confiar en intérpretes para comunicarse.  Pero el intérprete de conferencias, quien no trabaja cara a cara con su cliente, sino a través de medios electrónicos, ejerce una profesión que data apenas de fines de la Segunda Guerra Mundial.  En esta modalidad, el orador está a distancia y el intérprete no tiene oportunidad de observar expresiones ni lenguaje corporal.  Depende tan solo de lo que le llega a través de su propio audífono.  Por consiguiente, la nitidez de la voz que le llega a él, así como la nitidez del sonido de la interpretación que le llega al oyente, dependen del profesionalismo del técnico de sonido y de la calidad del equipo.

Todo lo demás es responsabilidad del intérprete, quien toma muy en serio su preparación y debe estar pendiente de cuáles son sus puntos fuertes para mantenerlos y cuáles los débiles para reforzarlos.

Por ejemplo, el trabajo técnico y científico requiere, como todos los temas, estudio previo del vocabulario específico y excelente memoria.  Un manejo claro del idioma es imprescindible, pero no presenta mayores problemas con giros de construcción elaborados.

En cambio, la interpretación de conceptos filosóficos, sutilezas políticas y diplomáticas, temas de jurisprudencia, teorías abstractas, etc., requieren además del vocabulario propio de cada especialidad, una comprensión a fondo del idioma del orador y un manejo más sofisticado, académico o literario del idioma hacia el cual traduce el intérprete.  Está en manos de cada intérprete conocer sus habilidades o limitaciones al aceptar un trabajo.

La interpretación simultánea se ejerce siempre en equipo.  En cada cabina hay dos intérpretes quienes se alternan cada media hora en el micrófono.  A nivel de conferencias internacionales suelen contratarse personas experimentadas y conocedoras del tema del evento, pero en las nacionales con frecuencia uno de los dos intérpretes puede ser novato y sentirse nervioso.  En ese caso le corresponde al veterano crear un ambiente de apoyo y de tranquilidad en la cabina, a fin de evitarse situaciones que afecten negativamente su desempeño.  Cuando hay una falla, el oyente no se queja de un intérprete específicamente, sino que se refiere a la cabina de inglés o español o francés, etc. y ambos intérpretes quedan mal.

En cuanto al comportamiento que le corresponde al intérprete fuera de la cabina, el trato social que pueda surgir con los delegados, organizaciones, colegas, personal de secretaría y técnicos de sonido debe, por supuesto, ser cordial y discreto, pero recordando siempre que cualquier comunicación referente al trabajo debe tratarse únicamente con el jefe de intérpretes.  Es decir, si un delegado solicita interpretación para una entrevista de prensa o para un comité, etc. debe referirse al jefe de intérpretes quien asigna a la persona más idónea.  Si hay problemas serios de sonido que el técnico de la sala no resuelve, es también el jefe de intérpretes quien debe actuar.

El jefe de intérpretes, sea de una conferencia nacional o de la organización internacional contratante, tiene un rol preponderante y exigente.  Le corresponde seleccionar los intérpretes de acuerdo con los idiomas requeridos por el evento, ocuparse de que los contratos se firmen, de asignar los intérpretes a las cabinas, de establecer un orden para la distribución de documentos y sobre todo de repartir la carga del trabajo equitativamente.  Su papel es clave para que toda la  interpretación funcione como un solo equipo.

En conferencias pequeñas de una o dos cabinas, el intérprete que contrató el trabajo es quien selecciona la o las personas mejor preparadas en el tema de la reunión y se entiende con las organizadoras.  Es decir, que cumple en pequeño la misma función del jefe de intérpretes de un evento grande.

En ambos casos, cada uno de los intérpretes puede, con su preparación y espíritu de solidaridad, contribuir a la imprescindible comunicación entre ponentes y oyentes y, por consiguiente, al éxito del evento.

Y, last but not least, respetando muy estrictamente la confidencialidad de lo que se haya oído en reuniones a puerta cerrada.  Sólo así podremos desempeñar a cabalidad el rol de intérpretes de conferencia.

Por Ana Teresa Arcaya
Miembro Honorario de Avinc