jueves, 30 de junio de 2011

Tips para el Estudiante de Interpretación



El día de la conferencia se debe llegar temprano, preguntar por documentos para los intérpretes, chequear la cabina y asegurarse de que todo está funcionando, especialmente el botón de “Mute” el cual usará con frecuencia durante el día.

Cuando en una conferencia una mujer es quien preside la reunión, diríjase a ella como “Sra. Presidente” o  en inglés  “Madame Chair”.

La calidad de la voz es extremadamente importante, debe ser suave y calmada, sonar segura y confiada, y no grite porque parecerá que está en pánico. No dude y hable con fluidez; cuide la dicción.

Nunca deje oraciones sin terminar, no medio-diga algo o deje espacios vacios. Un largo silencio pone en alerta y preocupa al escucha. Si recibe un documento con anticipación, verifique el vocabulario, subraye todas las siglas, los números, prepárelo. Es posible que tenga que hacer una traducción visual y esa preparación le facilitará el trabajo. Aprenda lectura rápida, le será muy útil en la profesión.

Aprenda los nombres geográficos, las capitales de los países y los nombres de las islas; estos suelen cambiar periódicamente. Pronuncie los nombres geográficos con el acento del idioma al que está interpretando.

Si usted no está en buenas condiciones físicas le será muy difícil concentrarse. Debe estar bien despierto y descansado para hacer un buen trabajo, olvídese de todo lo demás, póngase cómodo y cálmese, en este momento nada más importa. No se vaya de fiesta ni beba alcohol la noche anterior, acuéstese temprano.

El intérprete es como un actor. Debe transmitir entusiasmo, desempeñar un papel, sonar orgulloso de su trabajo y ser capaz de terminar una idea aún si el orador no lo ha hecho. Imaginación y creación son los dones de un buen intérprete.

Maruja Llovera
Miembro de AVINC

sábado, 25 de junio de 2011

VELAS, ABANICOS Y OLÉ!

Con este título, cualquiera podría pensar que se trata de una encantadora velada en la Madre Patria España…pero no!
Como todo lo que está relacionado con este encantador blog que permite dar un vistazo a las inesperadas jornadas de cualquier intérprete, se trata del efecto de un APAGÓN EN MARACAIBO. Algo que nadie imagina que le puede pasar a un intérprete y para lo cual es imposible prepararse.
Era sábado, a 16 horas de haberse iniciado el cese del fluido eléctrico en todo el occidente de nuestro riquísimo país, en pleno mes de junio. También se correspondía al cese del amigo viento y al cese de la paciencia considerando los 53C de sensación térmica reportados por las emisoras de radio (las que podían) que decidieron amenizar con valses y no con gaitas para colaborar con la salud mental.

            No es ciencia ficción. Solo pasa en Maracaibo
Había sido contratada para asistir como Intérprete Público a una boda de un maracaibero de los más típicos, quien se casaba con una chica de habla inglesa “levantada” por internet (cuando había luz). Después de una misa de difunto amenizada sin microfonía y ventilada con uno que otro abanico, comparecí a las 6:30 pm en la casa de los contrayentes, bañada de sudor. Para evitar que me robaran el carro, me llevaron hasta la casa del novio, quien me había dicho que SI había luz. Sorpresa! Me abrió la puerta un individuo vestido con un pantalón corto que más parecía un short de dormir, una franelilla (creía que ya no existían) y cotizas. Pregunté por el novio y ¡surprise! Era EL. Con susto, me bajé y pasé. Había luz, pero solo 110 y agonizante. Al igual que el novio, toda la familia vestía parecido (batas, chanclas, rollos de pelo), con velas en la mano y apurados para que las cosas estuvieran a punto a pesar de la luz. Unos mesoneros hacían esfuerzos para arreglar la mesa de bocadillos que como eran puros embutidos transmitían al caluroso ambiente un intenso olor a manteca. Las pobres flores, doblaron los tallos (casi como yo).
    Entre la misa y la boda…mis crespitos recordaban la pequeña Lulú - horror

Alguien preguntó…¿y usted quién es? “La intérprete” contesté. Allí me informaron extrañados que la novia sabía bastante español, pero finalmente todos asumimos que era requisito del Prefecto. En la penumbra vaga vi dos personajes solitarios que parecían extranjeros a quienes abordé para presentarme. Eran los padres de la novia que habían venido de muy lejos. A mi saludo, evidentemente sin comprender, se miraron entre si y una joven se acercó. Eran ambos Sordo-Mudos!!!!! Oh God! Se imponía un intérprete, pero de señas y en Inglés! Piensa-piensa-piensa.! Salvación!!! La novia tenía una hermana que NO era sorda y se comunicaba con sus padres con señas. Y así – en una salida inesperada – me vi haciendo “relay”. Español a Inglés a “sign language”. Ilustrando la situación describo las luces y los abanicos: El prefecto tenía sobre los documentos la única linterna. Yo soplaba con el abanico a la novia y hacía “whispering” para ella. Sobre mi cara una vela que le permitía a la hermana de la novia leer mis labios. Sobre sus manos parlantes y rostro en modulación, más velas para que sus padres pudieran entender los compromisos mutuos de los contrayentes. Tanto el prefecto como la hermana de la novia tenían sus respectivos “ayudas de cámara” batiendo los abanicos. Mientras tanto, el fotógrafo luchaba por sacar alguna foto con su flash. Pero las gotas del sudor de cada uno estaban estorbando y su asistente repasaba a todos con “tissue paper” menos a mí!!!! Finalmente les supliqué que me sacaran de la foto. El sudor me caía en los ojos. Me sentía pastelito en vitrina de calefacción. Pobre novia!!! Mi cara estaba en todos lados y definitivamente, creo que el texto leído fue el que menos atención recibió. Velas para las caras, abanicos para sobrevivir, olé…el mantequero, y Champage para olvidar la pesadilla y hoy reír de lo que solo le pasa a un INTÉRPRETE MARACUCHO. Ese día NO regresó la luz.

María Elena Pérez Pardi

Intérprete Público 29.552

                                                    

lunes, 20 de junio de 2011

Las Penurias de Penélope o el episodio que inspiró a Murphy a enunciar su ley

Hace más de 20 años, una colega con la que tengo lazos que rayan en la hermandad, y yo recibimos el ¿honor? de trabajar en el extranjero.  Para ambas, era la primera vez que salíamos del país por asuntos de trabajo y nos sentíamos sumamente importantes, pero ese viaje quedará grabado a fuego en nuestras memorias como el más pesadillesco de nuestras vidas.


Salimos muy ufanas hacia el aeropuerto a las 3:30 de la mañana para tomar el primer avión.  En el aeropuerto no encontramos a ninguno de los que nos habían contratado y eso que exhibíamos tímidamente un folleto con el nombre de la compañía a ver si alguien nos reconocía..  Al fin un técnico de sonido que viajaba con nosotros nos divisó.  El pobre había pasado un mal rato tratando de convencer a los de la aerolínea de que lo dejaran chequear la cabina (un enorme armatoste de madera) como equipaje… 
Al fin embarcamos rumbo a nuestro destino.  Al llegar empezaron los problemas: obviamente, la cabina no pudo pasar por aduanas y se quedó presa hasta nuestro regreso de vuelta a casa.  Para mi colega y para mí surgió la primera gran preocupación: ¿Cómo íbamos a hacer simultánea sin equipo? 
De la primera parada de nuestro viaje salimos hacia otro aeropuerto, halando nuestras enormes maletas como mejor podíamos mientras tratábamos de mantener el glamour.  Llegamos al segundo aeropuerto y todavía teníamos que tomar otro avión para llegar a nuestro destino final, que alcanzamos exactamente 24 horas después de haber salido de nuestras casas, primorosamente vestidas.  Se imaginarán que esas últimas horas antes de finalmente llegar fueron larguísimas y mi colega y yo teníamos dos opciones: llorar desconsoladas o reír nerviosamente.  Optamos por esto último, lo cual causó una enorme alarma en un pasajero que iba sentado al lado de mi colega y que, cuando la aeromoza dijo que si alguien quería ceder su puesto porque pudiera esperar al próximo avión que éste iba lleno, salió despavorido volteando hacia atrás para asegurarse que las dos locas que estaban desternilladas de risa no lo siguieran.

Esa madrugada tratamos de dormir rapidísimo para que las tres escasas horas de sueño que quedaban entre las 3:45 y las 6:30 nos rindieran como si fueran ocho. 
Bajamos a desayunar y ahí empezó mi calvario personal: el desayuno para todo el grupo (y que fue el mismo durante toda la semana) consistía en huevos - presentados de diferente manera cada día,  jugo y café.  Por ser la más pequeña de mi familia, mi papá y mi mamá me fabricaron con materiales de deshecho y como consecuencia sufro de varias alergias, la más grave de todas (que puede producir hasta shocks anafilácticos) es al huevo.  Obviamente, a punto de comenzar un trabajo tan importante no me podía dar el lujo de enfermarme y menos morirme, creo que no se hubiese visto bien.  Con una amable sonrisa le hice un ademán al mesero para indicarle que sólo tomaría jugo.  A todas estas tenía más de 24 horas sin comer y aunque he hecho muchas dietas en mi vida, nunca había probado la de faquir.  Casi bizca del hambre buscaba desesperadamente alguna tiendita del hotel donde vendieran algo comestible; todas estaban cerradas a esa hora.  Entonces la vi: se alzaba majestuosa con un halo luminoso y juro que hasta me sonreía: ¡Era una máquina expendedora!  La máquina se convirtió en mi mejor amiga, me proveía de “Snickers”, que como todos saben son altamente nutritivos y además me presentó a su hermana, la máquina expendedora de refrescos.  Mantuve una dieta estricta de Snickers y Coca-Cola durante una semana completa, ya que los almuerzos y cenas consistían de pescado (que no como), pero ¡sobreviví de lo más bien!  Armada con mi barra de chocolate y mi Coca-Cola, estaba lista para enfrentarme al mundo!  ¡Y qué mundo!



¿Se acuerdan que la cabina se quedó presa en la aduana, no?  Bueno, ni mi colega ni yo habíamos intentado hacer simultánea sin equipo, pero no queriendo parecer poco profesionales y luego de un intercambio de miradas desesperadas le restamos importancia al asunto diciendo que claro que el trabajo saldría de maravillas y que, por supuesto, estábamos acostumbradísimas a hacerlo así.  Ya el cliente estaba suficientemente molesto después de enterarse que todo el costo de traer la cabina y al técnico había sido en vano.  El técnico, si acaso les interesa, tuvo una semana de vacaciones con todo pagado.  Su único trabajo consistió en buscar café y salir de paseo a explorar la ciudad - y tomar fotos del grupo.  Mi colega y yo hicimos un buen trabajo, recurriendo a todo lo que pudimos para paliar la falta de equipo – susurro, consecutiva y todos los medios de interpretación intermedios -  y el cliente quedó muy satisfecho, al punto que volvimos varias veces, aunque ninguno de los viajes posteriores fueron tan horrendos como este.
Este relato tiene varios aprendizajes para los intérpretes que recién empiezan y para los estudiantes:

  1. La Ley de Murphy se cumple inexorablemente en todos los trabajos; son los llamados imponderables para los que jamás estamos preparados.  Independientemente de toda la preparación y estudio previo, siempre nos puede tocar una falla técnica o un orador incomprensible o un dolor de barriga.
  2. Para ejercer como intérprete se necesita de una flexibilidad similar a la de un contorsionista de circo.  No importan las condiciones de trabajo, la calidad de interpretación debe mantenerse incólume y la actitud amable, aún cuando la cabina colapse con uno adentro y le caiga una enorme jarra de agua en la cabeza, the show must go on!  Por cierto, el colapso de la cabina es otro cuento verídico y de la vida real - ¡Con la misma colega!!!
  3. Cuando vayan de viaje lleven maletas pequeñas que puedan manejar por aeropuertos concurridos y subir por escaleras de moteles en pueblitos donde no creen en ascensores.
  4. Vístanse con ropa cómoda para el viaje, dejen tacones y faldas para cuando lleguen a su destino y utilicen tan poco maquillaje como les sea posible, a fin de que puedan lavarse la cara sin problemas cuando ya lleven 20 horas de viaje.
  5. Traten de viajar con colegas con quienes tengan empatía, a fin de poder reírse a mandíbula batiente de los pequeños inconvenientes que presenta trabajar fuera de su ciudad.
NOTA:  Las colegas que enviaron esta nota prefirieron mantenerse en el anonimato para proteger a todos los involucrados

miércoles, 15 de junio de 2011

EL ESPAÑOL DE MÉXICO




Cuando un intérprete/traductor viaja a otro país encuentra retos muy reales entre los cuales está el que en cada país hispano-parlante se habla el idioma español de una manera diferente. Antes me preguntaba ¿por qué será que en muchas ofertas por internet piden cotización de quienes hablen español mexicano, chileno, o colombiano? ¿No hablamos todos el mismo idioma? Ahora que estoy en México se me ha despejado esa interrogante.

El español de México es diferente al que se habla en Venezuela. El lenguaje que se escucha en la calle es distinto. Por ejemplo, el centro comercial pasa a ser la plaza, la piscina es la alberca, una canción es una rola, los guisantes son chícharos, el maíz es elote, las vainitas son ejotes. Ahora, el idioma técnico tiene lo suyo también, el relé es el relevador, el acero laminado es acero rolado, el pararrayos es el apartarrayos, el parallamas es el arrestador de flama, achicamiento es desaguado, y así un montón de términos que hace imposible que una persona no nativa haga una buena traducción al español que se habla en México. ¡Híjole, no más, no queda otra más que de hacerme de un diccionario de la lengua mexicana! 


Maruja Llovera
Miembro Avinc

domingo, 12 de junio de 2011

Videos

En este enlace encontrarán vídeos relacionados con la interpretación simultánea:

http://www.youtube.com/watch?v=vZXz6bTB3JE&feature=related

viernes, 10 de junio de 2011

Se hace zurcido invisible, se pasan trabajos a máquina, se ponen inyecciones…



En los pueblitos de Venezuela y en algunas barriadas populares de las grandes ciudades de mi país, las casitas ostentan unos cartelitos que proclaman las habilidades u oficios de sus habitantes.  Son como currícula “on-line” que enumeran todos los servicios que se ofrecen, por dispares que éstos sean.
No puedo dejar de reflexionar acerca de las similitudes entre esos cartelones y nuestro trabajo como intérpretes y traductores.  En Venezuela, especializarse en un área o tema es impensable, ya que el volumen de trabajo no es tan grande.  Es así que en un trabajo puedo estar hablando con mucha propiedad sobre aspectos financieros y a la semana siguiente  estar presenciando una operación de corazón abierto o cantándole una canción, cuya letra ha sido cambiada para la ocasión, a algún invitado especial.  Igualmente, como intérprete tengo que manejar la “jerga” de la disciplina que se trate para que al finalizar el evento alguien se acerque a preguntar, ¿pero Usted es bióloga o médica o abogada o técnica en computación?  Confieso que esa pregunta me llena de orgullo y me ratifica que supe poner en el orden adecuado las palabras que a veces no significan nada para mí, sobre todo en aquellos temas que me resultan más difíciles, como matemáticas o derecho.  Es una lástima que en un currículum formal no se pueda escribir lo que realmente somos: ¡humanos multi-tasking!    Somos “expertos” en todo y nada a la vez.  En algún momento hemos escuchado hablar sobre algo, pero nuestro conocimiento es absolutamente superficial y aunque sirve para impresionar a nuestros amigos y familiares no puede hacernos pensar que somos más conocedores que los eruditos.  ¿Cuántos de ustedes, queridos lectores, se han preguntado “Qué hago yo, un ser perfectamente normal, codeándome con las grandes figuras del saber, cuando en realidad lo que hago son zurcidos invisibles, paso trabajos a máquina y pongo inyecciones?”


Isabel Pieretti
Miembro Avinc

domingo, 5 de junio de 2011

EL DILEMA: ¿SER O NO SER o SER Y SER?

Me topé con este artículo de Paula Arenas en 20minutos.es, de tanta actualidad y cuyo link les coloco más abajo, y  no puedo evitar compartir esta reflexión que tantas veces me he hecho frente a una traducción o en una cabina de interpretación.  En teoría, sí, digo en teoría, estoy totalmente de acuerdo con su contenido.  Sin embargo, en la práctica de la traducción y la interpretación me he visto obligada, en repetidas ocasiones, a dejar momentáneamente de lado aquello que me decían una y otra vez mis profesores de castellano en la UCV: “Manténgase en un solo idioma, el español es suficientemente rico.”  y a dar la bienvenida a unos cuantos neologismos, anglicismos y demás ismos.   ¿Y eso por qué? Pues porque he tenido que recordar que lo esencial es “pasar el mensaje” y, en algunos casos muy específicos, optar por ser purista implicaría poner en riesgo esa transmisión del mensaje que ha de ser el fin último de todo traductor o intérprete.  Es más, en algunas oportunidades he tenido que usar “el término que entienden los empleados” de tal o cual empresa, no sin antes reflexionar sobre si es procedente plegarme a tal petición del cliente o decirle que la acepto “con reservas”.  En otros casos, he optado por explicarle paciente y amablemente cuáles son mis argumentos “científicos” para no aceptar su petición.  Eso sí, una vez cerrado ese capítulo puntual, vuelvo a mis andanzas de traductora e intérprete cuya misión es velar por el buen uso del idioma. 

Francesca Lo Truglio
Miembro AVINC y AIIC 
  
 HABLAMOS MUY MAL EL ESPAÑOL, PERO LO ESCRIBIMOS MUCHO PEOR
Emoticonos, signos, supresión de letras y muchos anglicismos: así escribimos.
La evolución es buena y la modernización, inevitable, pero ¿es solo eso?  Seguir leyendo… http://www.20minutos.es/noticia/1064902/6/hablar/escribir/bien/